Sentirse triste o deprimido puede suceder en cualquier momento de nuestras vidas y la mayoría de las veces está relacionado con eventos estresantes como problemas en el hogar.

La depresión, como Trastorno del Estado del Afecto, es bastante diferente ya que consiste en una prolongada y constante sensación de mal humor, desesperanza, cambios en nuestro nivel de energía (mayormente disminuida), falta de apetito, patrones de sueño interrumpidos, incapacidad de encontrar motivación, no poder disfrutar de la vida.

La depresión puede ocasionar aislamiento social, pobre desempeño académico o en el trabajo, relaciones familiares disfuncionales, dificultad para buscar ayuda en los amigos, incitar al uso de alcohol y/o sustancias adictivas. Cuando la depresión se presenta con ideas y comportamientos suicidas, es una señal alarmante que nos dice que se necesita ayuda inmediatamente.

Uno de los problemas de la depresión sin tratamiento es que puede convertirse en una afección crónica y severa. Por esta razón es sumamente importante que se trate con prontitud y diligencia.

El objetivo del diagnóstico es lograr un tratamiento temprano y oportuno para mejorar el pronóstico a largo plazo.